La Incontinencia Urinaria de Esfuerzo, como ya sabéis, es aquella que se produce cuando media una presión sobre la región abdominal: bien sea un estornudo, un acceso de tos o al levantar un peso o realizar un esfuerzo. Además de tonificar nuestro Suelo Pélvico mediante los Ejercicios Kegel, deberíamos observar una buena higiene postural. Es imprescindible que cuidemos nuestra espalda para fortalecer el músculo pélvico, ya que una postura no adecuada puede debilitarlo y dañarnos.

Cuando estés de pie procura mantener una buena postura. Imagínate un hilito que tira de tu coronilla hacia arriba: tu cabeza se yergue, tu cuello se estira, todo tu cuerpo se alarga. Al mismo tiempo, imagínate que luces en el pecho un maravilloso medallón que deseas mostrar a todos. Para ello, echa los hombros hacia atrás y hacia abajo, con orgullo. La mirada abandona el suelo: ¡mira al frente, al mundo! Esto te otorgará, además, una mayor seguridad en ti misma.

Al estirarnos podemos sentir la tentación de echar la cadera hacia detrás, ¡son tantos años de malas posturas! Evítalo a toda costa. De hecho, la sensación ha de ser exactamente la contraria: mientras tu parte superior se eleva al cielo, tu centro de energía (cadera, abdomen y pelvis), han de ir hacia delante. Como tienes ya localizado tu Suelo Pélvico, aprovecha para tonificarlo contrayéndolo, al tiempo que metes la tripa (el abdomen, no el estómago). En ningún caso cedas a la tentación de soltar ese “hilito” dejándote caer sobre la cadera: te dañarías las lumbares.

Puede que al principio te cueste recordar todos los puntos, pero al final verás como sales ganando. Memoriza la secuencia: hilo-medallón-tripa-pelvis. Aprovecha cuando pares en un semáforo o a mirar un escaparate para recomponerte si te has “soltado”. Contempla tu imagen en el reflejo: ¿no es mejor y mucho más ligera?

Si añades un calzado cómodo, con un buen tacón de unos tres centímetros, una ropa que no te obligue a adoptar posturas extrañas y un bolso lo más ligero posible, mejor si es una mochilita, o si no, algo que puedas alternar cada rato en un hombro, notarás en seguida una gran mejoría, cómo tus dolores de espalda empiezan a disminuir. Otro día analizaremos las posturas en el trabajo.

La espalda, la columna vertebral, es el elemento que nos mantiene en pie, erguidas frente a los problemas del día a día. No te olvides de ella y comprobarás cómo ese día a día es mucho más llevadero.

Imagen| Bigstockphoto