Dicen que los 40 son los nuevos 30, nosotros pensamos que son incluso mejor que los 30 ya que cuando una mujer llega a los 40 lo hace pisando fuerte, mucho más segura de sí misma y con confianza, además de tener una madurez, elegancia y acierto que ya hubiéramos querido tener a los 30.

Sin embargo, y pese a que afrontemos esta edad con una actitud positiva, nuestro cuerpo experimenta cambios que debemos conocer y, para los cuales, tenemos que prepararnos para mantener una salud óptima y sentirnos fenomenal, tanto por dentro como por fuera.

Una buena alimentación, el mejor aliado

Si una cosa está clara es que independientemente de la edad que tengamos es muy importante seguir una buena alimentación, para evitar problemas de salud, sentirnos mejor por dentro y que esto se refleje por fuera.

A partir de este momento, muchas mujeres de 40 años comienzan a engordar de forma no deseada, esto no se debe más que a una ralentización producida en el metabolismo de nuestro cuerpo lo que, además, nos dificulta bajar de peso.

Lo más recomendable es consolidar unos buenos hábitos alimenticios que nos hagan sentir mejor, aumentando la ingesta de fruta, verdura y proteínas y evitando las grasas saturadas y los azúcares añadidos.

Otra de las cuestiones a tener en cuenta es que, con la edad, se va perdiendo calcio del hueso, a más velocidad de la que se incorpora. Además, a partir de los 40 años, disminuye la capacidad de absorción de la vitamina D en el intestino, lo cual supone una pérdida de masa ósea que puede derivar en osteoporosis. Es vital que nuestra dieta incorpore un aporte adecuado de calcio y vitamina D, presente en lácteos y verduras, así como un aumento en la ingesta de vitamina E que ayuda a la producción de colágeno y mejora la elasticidad y el flujo sanguíneo al ser una sustancia excelente contra los radicales libres

Es importante controlar la ingesta de alcohol ya que perjudica el hígado y el sistema nervioso, aunque una copita de vino, por ejemplo, contiene sustancias como el resveratrol, que son antioxidantes y beneficiosas para el corazón, en su justa medida.

También es un buen momento para dejar de fumar, ya que el tabaco favorece el envejecimiento, además de ser perjudicial para la salud.

La piel, reflejo de nuestro interior

Otro de los cambios que suceden en el cuerpo de las mujeres de 40 años es la pérdida de colágeno, esto provoca que las fibras que sostienen el rostro se debiliten y aparezca la flacidez y pérdida de definición oval.

A pesar de esto, existen muchos productos que pueden ayudarnos a contrarrestar esa pérdida de colágeno y que están especialmente diseñados para mimar nuestra piel en esta etapa de la vida, como las cremas hidratantes que estimulan la función celular, cremas reafirmantes para cuello y escote y contorno de ojos. Además, debemos prestar más atención a la limpieza facial y a la exfoliación. ¿Un consejito más? Nada ilumina tanto una cara como una gran sonrisa.

Para tener una piel más bonita también es muy importante el descanso. Somos mujeres de 40 años así que es hora de decir adiós a las noches sin dormir…descansar entre 7 y 8 horas diarias es bueno a cualquier edad, pero a partir de esta etapa lo notaremos más que antes y es que un buen sueño reparador mejorará nuestro humor y también el estado de la piel.

Cuidar la vista

A partir de los 40 años la vista se ve especialmente comprometida por la aparición de la presbicia o vista cansada. ¿Cómo reconocerla? Cada vez alejamos más el periódico para leerlo, en definitiva, supone una dificultad a la hora de leer, diferenciar las letras de la pantalla del móvil o al utilizar el ordenador durante mucho tiempo.

Para combatirla podemos recurrir a las gafas u optar por unas lentillas multifocales, lo que resulte más cómodo.

El ejercicio, no puede faltar

Actividades tan simples como caminar, nadar o hacer bici estática son de lo más beneficioso. Con dedicar tres horas a la semana será suficiente, nuestra recomendación es distribuirlas en días alternos, una hora diaria, por ejemplo, lunes, miércoles y viernes. Dejemos el fin de semana para desconectar, y el resto de días a imponer una rutina fácilmente asumible ¿quién no puede sacar una hora al día?

Otras actividades como yoga o pilates son de lo más beneficioso porque ayudan a mantener una buena postura, evitar problemas de espalda y combatir la flacidez trabajando la tonificación de la musculatura.

El ejercicio también debe ser mental, y es que nunca debemos dejar de aprender y de ejercitar nuestro cerebro. Los 40 años, en este sentido, son una etapa excelente para disfrutar de más tiempo libre y enfocarnos en lo que más nos guste, desde visitar museos hasta apuntarnos a ese curso que siempre quisimos hacer. Esta etapa de nuestra vida será más estable que las anteriores y esa estabilidad nos permitirá enfocarnos de nuevo en hobbies o actividades que, por falta de tiempo o de recursos, dejamos abandonadas o nunca llegamos a iniciar. ¡El cielo es el límite!

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¡Que pases un feliz día!