La incontinencia urinaria es un problema que nos hace estar nerviosas y pendientes de su existencia en todo momento. Pero cuando nuestra mente se queda dándole vueltas a nuestros pensamientos es muy habitual que nos obsesionemos con este problema. Es importante prestarle atención pero si no logramos parar nuestras ideas negativas, pueden aparecer dificultades mayores en nuestro día a día.
El resultado es agotador. Lejos de encontrar repuestas o soluciones válidas acabamos en un callejón sin salida, presas de sentimientos de victimismo («no podré salir de ésta», «soy tan incapaz como siempre lo he sido»), ansiedad («esto se acaba») y depresión («mi vida no vale nada»).
El primer paso para salir de esta actitud consiste en concentrar todos nuestros esfuerzos en evitar los pensamientos contraproducentes, por muy arraigados que estén. Para ello hay ciertas actividades que ayudan:
- Comprender que el pensamiento excesivo es tu enemigo. El pensamiento excesivo, repetitivo y absorbente no te proporciona visiones profundas, sino que en realidad te hace perder el control de tus pensamientos y sentimientos
- Tómate un respiro.
- Muévete: La actividad física tiene ciertos efectos bioquímicos en el modo de pensar.
- Atención y firmeza. Presta atención y proponte parar el pensamiento de una manera contundente y afirmativa.
- No dejes que tus pensamientos te venzan. Recuerda que no eres tus pensamientos, y que tú llevas la vara de mando de tu vida. Tú puedes.
- Anótalo en tu agenda. Cuando observes que tu pensamiento es circular, inútil y agotador, o simplemente que no es el momento para dedicarte a ello, haz un sitio en tu agenda para tratarlo en el momento oportuno, en las condiciones adecuadas.
- Apóyate en otras personas.
- Descubre lo que te gusta y úsalo para cargarte de energía y alimentar tu autoestima.
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