Así como hay momentos en la vida en los que nos sentimos pletóricas, llenas de energía y entusiasmo, existen otros en los que, simplemente, nada parece funcionar. Sabes que tienes un montón de cosas que hacer, pero no encuentras ni la manera ni las fuerzas para enfrentarte a ello. ¿Te suena? Es entonces cuando decimos que atravesamos un bloqueo mental.
Se trata de una situación más o menos común, todas lo hemos experimentado o lo experimentaremos a lo largo de nuestra vida varias veces, por lo que, sobre todo, no te agobies. No te está ocurriendo nada extraño, así que no existe motivo de alarma.
El bloqueo mental se produce a menudo cuando te encuentras inmersa en una situación de alta exigencia. Has interiorizado todas las señales de presión que te rodean hasta convertirlas en lo que tu psique interpreta como una amenaza. Antes de que se produzca un daño irreversible, tu cerebro lo bloquea. Se defiende así.
¿Qué hacer ante situaciones semejantes? Ante todo, trata de relajarte y tomar una cierta distancia. Busca el origen del problema, identifica los pensamientos negativos (“no podré hacerlo”, “no valgo para esto”, “no sirvo para nada”) y trata de combatirlos. Imagínate una espiral descendente: cada uno de los pensamientos y miedos que acumulas te llevan más y más hacia abajo.
Es el momento de invertir esa espiral. Actitud y pensamientos positivos, momentos para ti misma (un paseo con las amigas, un baño prolongado o una sencilla taza de infusiones relajantes como la hierbaluisa), y ¡te encontrarás dispuesta a afrontarlo todo!
Sabes que puedes hacerlo. Que nadie te diga ni te haga creer que no tienes la capacidad, porque has llegado hasta aquí por algo; nunca nadie te regaló nada. ¡Así que, adelante, campeona!
Si alguna vez te has encontrado en una situación semejante, nos encantaría escuchar tu experiencia. Muchas amigas de indasec.com/new necesitan de tu consejo. ¡Ayúdalas!
Imagen| Bigstockphoto