Hay veces en las que parece que sólo queda tirar la toalla. Hemos luchado durante tanto tiempo, empleado tanta energía, malgastado tanta ilusión… y todo, ¿para qué? Los años pasan y nos alejamos con ellos de la imagen triunfadora que teníamos de nosotras mismas en nuestra imaginación. Es en esos momentos de duda cuando con más fuerza hemos de pelear para conseguir nuestra meta.
Sharon Jones nació en el seno de una familia pobre y con problemas. Vivían en las zonas más conflictivas de Brooklyn, el alcohol, la droga y la delincuencia estaban presentes. A lo largo de su vida pasó por trabajos de todo tipo, tratando de sobrevivir. Durante todos esos años nunca dejó de cantar. Paseaba su prodigiosa voz por locales de segunda, se presentaba a coros y compañías, persiguiendo su sueño de triunfar por sí misma. Pero el tiempo pasaba y el éxito se mostraba esquivo. A su paso, las compañías y directivos de discográficas le ponían todo tipo de excusas. La principal: no era una jovencísima beldad, esbelta y sexy de inofensiva tez avellanada. No, se trataba de una mujer completa, recia y curvilínea, de piel negra, algo excesivo para la pacata moralidad y racista concepción de la industria de la música.
Pero ella no se rindió. Encontró por fin a unos auténticos músicos que escucharon su voz prodigiosa y que ya no quisieron separarse de ella. Poco después, superada ya la cincuentena, Sharon Jones alcanzaba el éxito en todo el mundo. Desde entonces ha recorrido medio planeta actuando sin descanso y conquistando al público allá donde vaya con su energía arrolladora y su incansable talento.
Si crees en ti misma, si tienes un proyecto muy claro, si sabes que posees algo que estás deseando entregar, no te rindas. No hay ninguna ley escrita que te obligue a abandonar tus sueños pasada una edad. ¿Por qué habría de ser así? Eres la misma de antes, sólo que con más experiencia, serenidad e inteligencia. ¿Vas a rendirte? No hay edad para el talento. No hay edad para la ilusión. Sigue luchando por tus sueños, que nadie te diga que es imposible. Sólo el tiempo tiene la última palabra.
Fuente| Página oficial de Sharon Jones
Foto| Wikipedia
