En verano pasamos mucho más tiempo al aire libre y a veces aprovechamos para hacer un poco de deporte. Siempre es recomendable realizar ejercicio, pero con la subida de las temperaturas, además de plantearnos elegir prácticas más frescas como la natación, debemos tomar algunas precauciones para evitar los golpes de calor. A pesar de lo que algunas personas piensan, el calor nos hará sudar más, pero no es una buena estrategia para perder más peso: según los expertos, a medida que la temperatura corporal aumenta, disminuye su capacidad de respuesta, frenando el proceso de quema de calorías, y aumentando el riesgo de deshidratación.
El sol incide sobre nosotros de una manera más perpendicular en esta época del año entre las 12 y las 18h. En este intervalo, es preferible no realizar una actividad física marcada; es mucho más recomendable practicar cualquier tipo de deporte al amanecer o al atardecer, reduciendo al máximo la incidencia del sol y también los niveles de contaminación.
Al sudar, perdemos una gran cantidad de líquido, y sabemos que una de las principales consecuencias de los golpes de calor es la deshidratación. La manera de combatirla no es llenar el estómago de forma brusca de agua u otras bebidas mineralizantes, sino que es mejor reponer los líquidos progresivamente durante la hora y media posterior a haber realizado el ejercicio.
Y muchos estaréis pensando en aprovechar para ponernos morenos mientras practicamos deporte. Nuestra recomendación es que tratemos de realizar ejercicio buscando zonas sombreadas; el suelo y las paredes de alrededor reflejarán la radiación ultravioleta, aunque sea de manera reducida, pero evitaremos los efectos nocivos de la incidencia directa y tan intensiva del sol. Y por supuesto, la crema solar debe acompañarnos para completar esta práctica saludable; eso sí, asegurémonos de que utilizamos un producto resistente al agua. La ropa cómoda, holgada y de colores claros también contribuirán a una mejor práctica deportiva.
Por último, fijémonos en nuestra alimentación. Lo más recomendable es realizar comidas ligeras, a base de frutas, cereales y verduras antes de realizar ejercicio, y esperar entre 90 y 120 minutos.
Siguiendo estas sencillas recomendaciones, evitaremos sustos innecesarios y cuidaremos mejor nuestra salud.
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