A nadie se le ocurriría gastar un dineral en perfumes y luego obviar la ducha matutina, ¿verdad? Pues algo parecido sucede con el maquillaje: de nada servirá aplicar las más hidratantes cremas ni los cosméticos más sofisticados si nos acostamos sin una correcta limpieza facial.
Cuando llega la noche, tu cutis ha pasado por todo tipo de traumas. La polución, el aire, el sol… han provocado la muerte de innumerables células cutáneas, que ahora asfixian al resto ¡Imagínate si además vas maquillada! Esa asfixia produce granitos, sequedad y que tu rostro aparezca grisáceo, apagado… sin vida.
Es necesario, por tanto, tomar medidas. En cuanto llegues a casa has de limpiar tu rostro adecuadamente. Has de eliminar todas esas toxinas e impurezas antes de irte a la cama, para que la piel de tu cara recupere toda su vitalidad perdida durante el sueño. Es muy importante tonificar bien el rostro una vez empleado tu desmaquillante favorito, para que la piel recupere la elasticidad y firmeza. Y terminar la sesión aplicando una hidratante nutritiva que te reconforte y alimente tu piel en el transcurso de la noche.
Es muy recomendable realizar también una buena limpieza por la mañana, antes de aplicar una hidratante más ligera y el maquillaje. Esto eliminará todo aquello de lo que tu piel se ha ido deshaciendo durante la noche y te dejará lista para afrontar el nuevo día radiante como nunca.
Se trata de un par de gestos bien sencillos que no han de faltar en tu rutina diaria. Notarás enseguida los resultados; una piel más luminosa, fina y libre de imperfecciones. ¡Nunca habrás estado mejor! Si además aprovechas para realizarte un peeling cada una o dos semanas, deslumbrarás. Y si lo complementas con un tratamiento termal, acudiendo una vez al mes a un spa urbano o a tu centro de talasoterapia favorito, notarás las miradas.
A veces ignoramos los gestos más sencillos por considerarlos tediosos o insignificantes. No caigamos en este error: una pequeña costumbre que en casi nada altera nuestra rutina puede suponer una enorme diferencia. Cuidarse es el conjunto de todos esos pequeños gestos. Merece la pena.
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