Es curioso. Son una de las partes más importantes de nuestro cuerpo y sin embargo no les prestamos la atención que deberíamos. Sí. Estamos hablando de los pies. Y es que, si nos paramos a pensar, son los encargados de cargar con todo el peso de nuestro cuerpo y además permiten la locomoción. Pero, lejos de darles el valor que requieren, solemos olvidarnos que hay que cuidarlos y los “maltratamos” con largas jornadas de trabajo subidas en tacones, con intensos días caminando por calles o caminos con calzados poco o nada recomendables…

Según un estudio realizado por  el Colegio de Podólogos del Reino Unido, un 90% de las mujeres sufre o ha sufrido alguna vez en su vida problemas en sus pies. Unos números altísimos que desglosados nos dejan más cifras como que el 55% de las mujeres que participaron en esa encuesta ha sufrido ampollas alguna vez. O que el 45% ha tenido grietas, mientras que 24% sufre de callos. En cualquier caso, un significativo tanto por ciento (19%) confesó que nunca había acudido al médico porque no lo consideraba como un problema muy importante.

Para evitar entrar dentro de los números que analizan estas encuestas hay una serie de consejos bastante sencillos que podemos seguir y lucir unos pies bonitos durante todo el año. El primero, y esencial, es hidratar constantemente los pies, una hidratación que en verano debe aumentar, claro. Eso sí, hay veces que la piel reseca es demasiado gruesa o está demasiado dañada, en ese caso lo mejor es eliminarla. La mejor manera es usar una lima especial y posteriormente, y a diario, utilizar la piedra pómez para ir cicatrizando las heridas e ir manteniendo al día nuestros pies. Hay calcetines específicos y muy buenos para esto, que también podemos utilizar y que acelerarán el proceso.

Otro de los problemas a los que suelen enfrentarse nuestros pies es la sudoración excesiva que muchas veces va ligada a un mal olor. Para ello también hay soluciones prácticas. En primer lugar (además de una higiene diaria) existen desodorantes para pies que son muy prácticos, o polvos que secan la piel y son antitranspirantes evitando la sudoración y por lo tanto el olor. A parte de eso, intentar tener un calzado de buena calidad, que evite la sudoración, o lavar las plantillas de nuestros zapatos a menudo (aunque en ocasiones es complicado porque son difíciles de quitar) también nos ayudarán a combatir los malos olores. Hay más consejos que adelantaremos en próximos artículos, mientras tanto, puedes ir dándonos los tuyos ¿cuidas tus pies? ¿crees que es importante?

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