Entre los factores de riesgo que propician la aparición de las pérdidas de orina como consecuencia del parto, la episiotomía es la bestia negra, la eterna cuestionada por innecesaria en muchas ocasiones.

Tras este nombre se esconde un corte aplicado en el perineo que se realiza en el transcurso del parto, con el objetivo de facilitar la salida del niño sin que la zona se rasgue. Pondremos un símil que nos ayude a comprender mejor esta función. La episiotomía se plantea como una explosión controlada, sabemos que hay una carga explosiva y que puede haber daños, pero la realizamos a conciencia con la calle cortada y los servicios sanitarios preparados.

Esta práctica, pensada para un mayor beneficio de la mujer y el bebe, se convierte en una fuente de problemas por su aplicación rutinaria. La recomendación de la OMS sobre la tasa de episiotomías pone un tope de un 10%, cifra que se rebasa con creces en países como Francia (70%) y España (90%).


De la misma manera, al cortar el periné en la fase de expulsión, se evitan desgarros que podrían ocasionar problemas más graves, aunque en los últimos años se habla de una mayor benignidad de los desgarros naturales sobre los cortes quirúrgicos a la hora de cicatrizar de una manera natural y rápida. El problema de esta práctica es que se realiza por sistema, sin pararse a estudiar si realmente es necesario, aumentando la incomodidad post-parto y problemas posteriores, lejanos en el tiempo en muchos casos, como las pérdidas de orina.

La edad en la que las mujeres somos capaces de concebir se ha alargado en los últimos años gracias a las técnicas de reproducción asistida, es tiempo aún, si ese es nuestro caso, de poner sobre la mesa nuestro deseo de un parto lo más natural y menos traumático posible. Es conveniente ir bien preparadas al parto, fortaleciendo el suelo pélvico para minimizar daños, y hacer valer nuestro criterio en cuanto a las opciones para tener un alumbramiento lo más natural posible.

Si ya hemos sido madres hace tiempo, y tenemos una o varias episiotomías realizadas, es el momento de tomar conciencia y fortalecer nuestro suelo pélvico, ya que en muchas ocasiones  la fuerza de la musculatura pélvica se ve afectada por esta práctica.

Imagen vía | Carol Cavichiolo en Flickr
Más información | Episiotomía.info