Seguro que habéis tenido alguna vez la sensación de que vuestra vida está acelerada, de no tener tiempo para hacer todo y de que los días se pasan volando, ¿verdad? 

Vivimos en una época de estrés, velocidad y ruido tanto externo como mental. Estamos sobrecargados con tanta información, nuestra mente no calla ni para… Además, como Expertas en vivir queremos demostrar al mundo entero que nosotras podemos con todo y, a veces, con más tareas de las realmente necesarias. 

Por eso hoy queremos dedicar nuestro blog a  una exitosa técnica de meditación denominada Mindfulness o Atención Plena. Se trata de la capacidad humana básica de estar completamente presente, consciente de dónde estamos y lo que estamos haciendo y no sentirnos abrumados por lo que sucede a nuestro alrededor. Esto puede parecer banal pero, a menudo, desviamos nuestro pensamiento de lo que sucede en el momento y nos preocupamos por otros asuntos que acaban de suceder o por el futuro, y eso nos produce ansiedad.

¿A quién no le ha pasado estar conduciendo y estar pensando en el trabajo o en la lista de la compra? Es agotador ya que, continuamente, las preocupaciones  y otros pensamientos nos llevan a no prestar atención al ahora.

El Mindfulness te ayuda a mantener funciones cognitivas como la atención y la memoria, al mismo tiempo que ayuda a manejar conscientemente las emociones, a tomar decisiones más claras y, por ende, a mejorar la forma de relacionarnos con los demás.

Actualmente se utiliza en numerosos hospitales y colegios, aplicándose en  programas de mejora de la salud y de bienestar (soledad, dolor crónico, insomnio, etc.) también  en tratamientos psicológicos para hacer frente a diversos trastornos mentales (ansiedad, depresión, estrés, etc.) pero lo más curioso es que está demostrado que puede ser un recurso muy valioso para mejorar algunos aspectos de la sintomatología de las demencias, de ahí que, en los últimos años, esta técnica se haya popularizado en personas de avanzada edad. 

Entre los beneficios que genera la práctica de estos programas, asociados a variables de envejecimiento saludable, destacamos:

  • Ayuda a disminuir y gestionar los niveles de estrés
  • Reduce la ansiedad crónica
  • Afecta positivamente y disminuye los sentimientos depresivos
  • Aumenta la experiencia de calma y paz interior
  • Mejora la habilidad para lidiar con enfermedades y dolor crónico
  • Disminuye la presión sanguínea no saludable
  • Disminuye la frecuencia cardíaca
  • Incremento del enfoque mental, claridad en el pensamiento y la percepción
  • Mejora de la función cerebral y las interconexiones celulares

No hace falta que acudas a un centro a practicar mindfullness, ya es posible hacer ejercicios en tu día a día, por ejemplo mientras esperas al autobús o al metro, cuando caminas, tomas un café o descansas un rato de tu trabajo. Te animamos a que lo intentes y te proponemos unos sencillos ejercicios para que los incorpores a tu rutina: 

  • Por la mañana, cuando suene el despertador, antes de abrir los ojos, dedica unos minutos a sentir tu cuerpo, a ser consciente. No te centres en el sueño que tienes, lo tarde que es o los dolores que puedas sentir, intenta no prestar atención a estos pensamientos.
  • A continuación intenta disfrutar del desayuno ya que, además, es una de las comidas más importantes del día así que dedica unos minutos a sentir el sabor del café, del té, de las tostadas, de la leche o de las galletas. No caigas en el error de pensar en todo lo que tienes que hacer a lo largo del día. 
  • Durante el trabajo intenta hacer ejercicios de respiración despacio (si puedes abrir y cerrar los ojos al mismo tiempo será estupendo). No es necesario que lo hagas durante todo el día, simplemente basta con hacerlo durante unos minutos cuando notes que el estrés o la desconcentración te empiezan a invadir. 
  • Sal a caminar un rato. Si es posible busca un parque, si no, aprovecha y camina cuando vayas al supermercado, a casa de algún amigo o a la vuelta del trabajo.Camina algo aunque sea poco, aprovecha ese paseo para respirar profundamente y dejar que todo fluya, siendo consciente de cada paso, de lo que ves a tu alrededor, de los sonidos que escuchas…  
  • Antes de dormir túmbate en la cama y deja de darle vueltas a las preocupaciones del día a día. Para evitarlas piensa en tu lugar favorito y relájate. Respira profundamente, durante unos minutos. Este último ejercicio te servirá, además de relajarte, para conciliar el sueño.  

Si practicas con frecuencia estos hábitos, la atención plena se convertirá en natural.  Intenta practicar todos los días para que, poco a poco, forme parte de tu rutina.

¿Qué te parece el Mindfulness? ¿Por qué no empiezas hoy mismo a practicarlo? Cuando lo hayas hecho, ¡cuéntanos qué resultados has obtenido! Porque vosotras sois Expertas en Vivir, por ello, os invitamos a que compartáis vuestros comentarios, ejercicios y experiencias  sobre este tema.

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¡Qué paséis un feliz y relajado día!