Levantar al bebé de la cuna. Llevar la compra a casa. Mover un mueble de lugar. Son muchas las ocasiones en que debemos hacer un esfuerzo adicional con nuestro cuerpo y necesitamos saber cómo hacerlo cuidando nuestro suelo pélvico.
La situación más usual la vivimos después del embarazo y parto, al tener que cuidar de nuestro bebé cuando aún nuestro cuerpo no está en plena forma. Tal como lo hemos mencionado en otra oportunidad, durante el embarazo pueden producirse alteraciones del suelo pélvico. Si has tenido un parto vaginal, tienes más probabilidades de sufrir estas alteraciones y algunas pérdidas leves de orina, de acuerdo al Instituto Indas.
Por lo tanto, una vez que tu bebé y tú estén en casa, no debes dejar de prestar atención al cuidado de tu suelo pélvico. Y las tareas de la vida cotidiana pueden llevarte a esfuerzos innecesarios si las realizas inadecuadamente.
Sabemos que lo ideal al agacharse para recoger un peso, es evitar doblar la cintura y flexionar las rodillas hasta bajar todo el cuerpo. Sin embargo, si vienes de un parto vaginal o una cesárea, te resultará molesto hacer este movimiento. Te tentarás con inclinarte en ángulo recto echando el torso hacia abajo y forzando la cintura. ¡Error!
La forma correcta de agacharse para levantar un peso, sin forzar la musculatura pélvica es centrando el equilibrio en la cadera, en lugar de la cintura. Colocando la cadera firme, sin moverla, el cuerpo debe inclinarse hacia adelante mientras las rodillas se flexionan levemente, sin exigir la zona lumbar. Para practicar, puedes intentarlo colocando ambas manos a los costados del cuerpo por debajo de la cintura e probar a realizar este movimiento sin que se desplace la cadera de lugar.
Si te acostumbras a agacharte con este movimiento, los músculos del suelo pelviano no se verán exigidos, tanto sea para levantar a tu bebé recién nacido, como para recoger las bolsas de la compra u otro peso. Este consejo se suma al de realizar los ejercicios para fortalecer músculos del suelo pélvico para asegurarte una buena forma y así prevenir las pérdidas leves de orina, por ejemplo.
Imagen | Rene Jansa