Rompe el tabú de las pérdidas leves

Rompe el tabú de las pérdidas leves

¿Qué son las pérdidas leves?

Se trata de pequeñas pérdidas involuntarias en lugares y momentos no deseados que afectan, principalmente a mujeres que llevan una vida normal. Seguramente notes que tienes una necesidad fuerte y repentina de ir al baño, pero eres incapaz de retenerla.  

Muchos son los momentos del día en los que puedes experimentar pérdidas leves, como por ejemplo, al estornudar o toser, al reír, o incluso al realizar algún esfuerzo o ejercicio físico.

Es importante señalar que no estamos hablando de una enfermedad sino de la consecuencia de una alteración.  Los profesionales de este campo mencionan que es más común entre las mujeres, en los niños y en los ancianos.  Por lo tanto, te recomendamos no preocuparte en exceso por ello ya que es una situación perfectamente normal. No eres una extraña y no tienes que tener complejo de ello. Miles de personas se encuentran en la misma situación que tú y pueden continuar con su rutina diaria tomando algunas precauciones y siguiendo ciertas indicaciones para reducir este problema. Por todo ello, es muy necesario estar bien informado/a sobre el tema.

 

Pero, ¿cuáles son las causas?

Algunos de los factores que atienden a este problema y que queremos resaltar son:

  • El principal motivo es el debilitamiento del suelo pélvico. Con la edad y el embarazo se pierde elasticidad en el suelo pélvico, y esto afecta directamente a la hora de contener los escapes.
  • Alteraciones en los músculos de tu suelo pélvico.
  • Daños neurológicos.
  • Enfermedades como la diabetes, o la obesidad.

Si tienes pérdidas leves debes acudir a un especialista para descartar otras patologías, como las anteriormente descritas.

La mayoría de mujeres experimentan pérdidas leves al toser o al estornudar, realizar actividades físicas con gran desgaste o incluso, al mantener relaciones sexuales o sufrir un ataque de risa.

Esta situación que estás experimentando puede afectarte en tu día a día, pero es un proceso totalmente normal por el que la mayoría de mujeres pasan. Como siempre, queremos recordarte que mantener una actitud positiva es muy importante, y que en ningún momento debes sentir tristeza por esto. Recuerda que tú puedes con todo.

 

¿Y ahora qué?

Como te decíamos, sufrir pérdidas leves no implica alterar tu vida por completo o la imposibilidad de seguir con tu rutina diaria, en el post de hoy te damos algunos consejos para que esta situación afecte lo menos posible a tu vida.

Cuida tu alimentación: Es muy importante seguir una dieta equilibrada. Evita el sobrepeso para reducir la presión intrabdominal. Como bien sabes, experta en vivir, una alimentación adecuada te ayuda a prevenir este, y otros problemas.

– Trata de no ingerir bebidas antes de irte a la cama a dormir.

Adiós a los malos hábitos: Reduce el consumo de bebidas como el café, los refrescos, las bebidas carbonatadas, los cítricos y el alcohol. Además, así te sentirás menos hinchada.

Evita las comidas picantes, son tu mayor enemigo.

– Debes aumentar el consumo de fibra para evitar el estreñimiento.

No fuerces al ir al baño, ya que podrías dañar los músculos de tu suelo pélvico.

Ejercita el suelo pélvico, con esto también ayudaras a reducir las pérdidas. Para ello es aconsejable realizar ejercicios de puente de glúteos, elevación de piernas y el famoso ejercicio de Kegel. Muy pronto te hablaremos de estos ejercicios que puedes empezar a realizar y practicar para fortalecer tu suelo pélvico.

 

Tipos de pérdidas leves

A continuación, queremos destacar los tipos de pérdidas más relevantes que existen y que puedes experimentar a lo largo de tu vida. Ya que estar correctamente informada puede marcar la diferencia a la hora de hacer este trastorno más llevadero.

De esfuerzo: este tipo de pérdidas se producen al realizar cualquier movimiento o actividad física. Como, por ejemplo, la risa, el estornudo, el deporte, la sobre carga, etc. Esto se debe a que el esfuerzo físico implica una mayor presión sobre el abdomen.

De urgencia:consiste en pérdidas involuntarias asociadas a una necesidad inevitable y repentina de ir al baño con urgencia.

Mixta:  las pérdidas mixtas es otro tipo de pérdidas y es una mezcla entre las dos anteriores.

No olvides acudir a tu especialista en cuanto tengas la más mínima sospecha. Ya sabes que es la persona más indicada para aconsejarte y cuidar de tu salud. Y, sobre todo, destacar que las pérdidas no se producen debido a otras alteraciones y/o enfermedades.

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Prolapso femenino: lo importante es identificarlo

Prolapso femenino: lo importante es identificarlo

Según los expertos cerca del 50% de las mujeres tienen problemas en el suelo pélvico. (Fuente: https://bit.ly/2QKlvo0) El prolapso genital femenino es el descenso de los órganos de la zona pélvica debido a que se debilitan sus estructuras.

El origen de dicha situación se relaciona con el parto vaginal y con el instrumental empleado como los fórceps, que puede aumentar el riesgo de prolapso. Otros factores a considerar son la edad, el estreñimiento, los deportes de impacto, la obesidad y el tabaquismo.

 

¿Qué es el prolapso?

El prolapso también es conocido como “epidemia silenciosa”, ya que es una patología callada por millones de mujeres que exige una recuperación inmediata. Pero, ¿qué es exactamente? Se entiende como un descenso, en mayor o menor grado, de uno o varios órganos de la cavidad pélvica. Es muy importante que estés bien informada sobre el tema.

 

Entiende los síntomas

Uno de los principales síntomas es la aparición de pequeños bultos en la zona genital que dan lugar a una sensación de pesadez. Es muy habitual que tengas dificultades para ir al baño, que padezcas incidencias y puedes notar molestias durante las relaciones íntimas.

Vamos a enumerarte los síntomas genitales  y pélvicos que pueden alertarte sobre un posible prolapso:

  1. Sensación de bulto.
  2. Pesadez o presión dentro de la cavidad.
  3. Excesiva dilatación (asociada frecuentemente al prolapso uterino).
  4. Dolor o malestar en tu zona lumbar.
  5. Presión abdominal acompañada de dolor.
  6. Dificultad para insertar un tampón u otro elemento relacionado.

 

No podemos olvidarnos de los síntomas que están relacionados directamente con la hora de ir al baño:

  1. Necesidad de ir al baño durante el día y la noche.
  2. Fuerte urgencia de ir al baño asociada a pérdidas leves.
  3. Pérdidas leves de urgencia extrema.
  4. A la hora de ir al baño puedes notar que vas de manera irregular y
  5. Infecciones habituales.

 

También hay una serie de síntomas intestinales vinculados al prolapso:

  1. Puedes tener dificultades para vaciar tu intestino.
  2. Estreñimientos que pueden dificultar tu vida diaria.
  3. Sensación constante de presión de la zona del recto.

 

Por último, nos centraremos en los síntomas que afectan a tu vida sexual:

  1. Dolor o sensación desagradable durante o después de mantener relaciones sexuales.
  2. Dificultad durante la penetración.
  3. Pérdidas leves durante tus relaciones sexuales.
  4. Sensación de orgasmo inexistente.
  5. Disminución de excitación sexual.

 

¿Y ahora qué?

A pesar de que se trate de un problema que puede afectar en tu día a día es importante ser optimistas. Se pueden mejorar los síntomas siguiendo un tratamiento definido por tu especialista y se puede revertir según el grado de prolapso. Por todo ello es muy necesario que estés informada, ya que si actúas a tiempo y mantienes una actitud positiva podrás con todo.

En general, un prolapso es la consecuencia de tener debilitados los músculos o algún órgano de tu suelo pélvico ya sea por:

  • Un parto.
  • Una excesiva presión por estreñimiento crónico.
  • El impacto repetitivo por determinados deportes.
  • Otros factores genéticos, etc.

 

Una vez abordados los síntomas, es indispensable saber que hay ciertos factores que nos predisponen para que suframos un prolapso, y que podemos evitar:

  • Presta atención a tu postura: Tanto de pie como sentada, es necesario que tengas una postura correcta y una alineación adecuada de la espalda. Con ella conseguirás activar tus músculos profundos del abdomen, liberarás presión del suelo pélvico, relajarás el diafragma y la respiración será más profunda.
  • Ten una postura correcta para ir al baño: Evita empujar de manera brusca y aguantar tu respiración. Para una correcta postura ponte en cuclillas con las rodillas flexionadas por encima de 90º inclinando hacia delante tu tronco. Es genial que hables o que cantes para controlar mejor tu respiración.
  • Presta atención a tu estreñimiento y busca un tratamiento para recuperar tu flora lo más pronto posible.
  • Cuida tu alimentación, pues el sobrepeso afecta a tu suelo pélvico.
  • Despídete de la ropa ajustada ya que provoca una presión innecesaria para tu abdomen.
  • Acude a tu médico habitual, lo mejor es que te haga una valoración un especialista.

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No renuncies al placer en vuestra relación

No renuncies al placer en vuestra relación

La menopausia es una etapa normal en la vida de toda mujer, que conlleva una serie de cambios hormonales, entre los que se incluyen cambios en la sexualidad, motivados por la falta de producción de estrógenos en los ovarios.

Debido a esto, la relación de pareja se puede ver afectada, ya que no sólo hay que hacer frente a las transformaciones físicas que se producen en tu cuerpo sino a otras molestias propias de este proceso como pueden ser los sofocos, etc.

En este momento el apoyo de tu pareja, su compañía, amor y complicidad incondicional, son un pilar fundamental en el que apoyarte. Sin embargo, está en tu mano seguirte sintiendo como la mujer fuerte y poderosa que eres, que afronta, fruto de la experiencia, una nueva etapa en la vida, y que puede ser tan placentera como cualquier otra si tenemos en cuenta ciertos aspectos.

Nosotros podemos con esto y más

Algunos de los cambios físicos que experimenta nuestro cuerpo durante la menopausia es la sequedad vaginal, dificultando las relaciones sexuales, así como la aparición de pérdidas leves.

Sin embargo, lo más importante es la actitud a la hora de paliar los síntomas de la menopausia. Y es que la madurez, es un sinónimo de experiencia y muchas mujeres la aprovechan para ser más felices, centrarse en ellas mismas y tomarse la vida de otra manera.

Los síntomas de la menopausia se pueden combatir con ayuda de nuestro ginecólogo, quien nos indicará cómo sobrellevar, de la mejor forma posible, esta etapa de nuestra vida. Este es, además, el momento de disfrutar la sexualidad de forma plena sin temor a un embarazo no deseado y con la tranquilidad de la experiencia y complicidad que os caracteriza.

Además, muchos son los estudios que demuestran que la menopausia es el mejor momento para la convivencia con tu pareja. Mirando el lado positivo, tus hijos ya se han hecho mayores, y puedes aprovechar para estrechar tu intimidad y favorecer la complicidad entre ambos.  De esta manera, sumarás seguridad en ti misma y vuestra relación estará más consolidada.

Sexo en la menopausia

La capacidad sexual no depende de la edad reproductiva, por lo tanto, ¿por qué no seguir disfrutar del sexo durante la menopausia? Queremos darte una serie de recomendaciones para que puedas seguir disfrutando durante esta etapa de tu vida íntima, apunta:

  • Tu imaginación es el mejor recurso: Tienes que saber que el cerebro es tu órgano sexual principal. Es muy importante que sigas pensando en el sexo, fantasías incluidas, ya que contribuirás a que no pierdas ese interés por practicarlo.
  • Ten un estilo de vida saludable: No hay que olvidar que es de vital importancia practicar ejercicio, tener una dieta equilibrada y dormir lo suficiente. De esta manera, mejorarás tu autoestima y no solo eso, ya que además reducirás el riesgo de padecer muchas patologías.  Todo ello tendrá efectos positivos en tu calidad de vida y también en el plano de la sexualidad.  Que no se te olvide que el envejecimiento no es la causa de una disminución de la capacidad de respuesta sexual de una mujer.
  • Ejercita tus músculos de la vagina: Una de nuestras propuestas son los ejercicios de Kegel y la fisioterapia dirigida con el fin de solucionar las disfunciones del suelo pélvico y fortalecerlo.  Gracias a ello, mejorarás la fuerza y el tono muscular de esta zona, ralentizando la pérdida de flexibilidad y la atrofia de los tejidos vaginales que se producen durante la etapa de la menopausia y combatiendo, de este modo, también, las pérdidas leves.
  • Planea vuestros encuentros más íntimos: Piensa y define un encuentro para los dos.  Cambiar de ambiente de vez en cuando sirve para evitar la rutina.
  • La comunicación con la pareja es lo más importante: No tienes que tener miedo a comentarle a tu pareja tus sensaciones y necesidades. Muchos problemas se pueden solucionar hablando, y es que… ¿quién mejor para comprenderte?
  • No te pongas límites: No hay edad para el amor, ni para el sexo, así que disfruta de ambos. Déjate llevar y vuestra relación será fuerte.

Así pues, el sexo no se acaba, ni muchísimo menos, con la menopausia. Podemos seguir disfrutando de él a cualquier edad si sabemos adaptarnos a los cambios que nuestro cuerpo nos va pidiendo y, sobretodo, siendo capaces de aceptarlos y aceptarnos a nosotras mismas. Se trata de ir redescubriéndonos sexualmente, tanto de manera individual, como en pareja, para seguir gozando de esta maravillosa experiencia, y seguir recorriendo el camino que llamamos vida.

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Suelo Pélvico: Todo lo que necesitas saber

Suelo Pélvico: Todo lo que necesitas saber

Las pérdidas leves son un trastorno habitual, seguramente más de lo que te imaginas. Suele producirse por un debilitamiento de la musculatura de nuestro suelo pélvico, pero, ¿por qué se produce? Te lo contamos en el post de hoy.

¿Qué es el suelo pélvico y qué lo debilita?

Para comprender esta parte de tu cuerpo de manera sencilla, vamos a entenderlo como un conjunto de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en la parte inferior del tronco, y que tiene como función, sostener los órganos del abdomen (la uretra, la vejiga, el útero, la vagina y el recto) para que funcionen de manera correcta.

Un suelo pélvico debilitado puede provocar diferentes problemas a nuestro organismo, entre ellos: pérdidas leves, dolor de espalda e incluso, disfunciones sexuales, entre otras. El estado de esa musculatura puede estar ligada con los embarazos, pero también con hábitos de tu día a día. Por ello… ¿sabes qué factores pueden contribuir al debilitamiento del suelo pélvico?

  • Parto vaginal: Se considera la principal causa de debilitación de esta musculatura, y es recomendable que tu especialista vigile tu suelo pélvico tras el parto de tus hijos.
  • Estreñimiento crónico: También es un factor que favorece el desgaste muscular del suelo pélvico.
  • La práctica de deportes de impacto: Hay que tener en cuenta que no todos los ejercicios son beneficiosos para todas las personas, en concreto los de impacto pueden producir una sobrecarga intrabdominal y se desaconsejan si sufres pérdidas leves.
  • El sobrepeso: Es muy importante que hagas una dieta equilibrada y controles tu peso para que no se produzca un debilitamiento de los tejidos que sostienen la vejiga.
  • Enfermedades respiratorias y tratamientos agresivos: Los excesos de tos y el tabaquismo pueden producir consecuencias nefastas para tu organismo. Además, tratamientos agresivos como la radioterapia puede alterar la estructura de tu suelo pélvico.
  • Retención de líquido: Muchos son los expertos que aclaran dicha situación, pues advierten que es muy peligroso no acudir al baño cuando es necesario, ya que “aguantar”, provoca debilitación en la zona pélvica.
  • Exceso de carga: No hay que sostener muchopeso, pues importantes problemas de salud están ligados a esta práctica. No sólo consecuencias negativas relacionadas con tu suelo pélvico, sino también a nivel articular, entre otros.

¿Qué ejercicios son buenos para fortalecer el suelo pélvico?

Los expertos mencionan que tenemos que evitar los deportes de impacto, tales como correr, jugar al tenis, baloncesto, pádel o practicar aeróbic. Esto se debe a que los deportes de impacto provocan un aumento importante de la presión generada en el interior de la cavidad abdominal, es decir, una presión intraabdominal, especialmente, al elevar peso.

Sin embargo, otros ejercicios como el yoga o pilates inciden mucho en el control postural, facilitando que trabajes este tipo de musculatura de la que no siempre somos conscientes y de una forma segura para tu salud.

Una vez que hayas ejercitado tu suelo pélvico, puedes seguir con tus deportes favoritos, e incluso practicar deportes de impacto, siempre y cuando fortalezcas, previamente, esta musculatura. Como te hemos contado en anteriores post, los ejercicios Kegel son los más adecuados y recomendados, sobre todo para tomar consciencia de qué musculatura compone el famoso suelo pélvico, pero no son los únicos, ya que también puedes realizar gimnasia hipopresiva y las bolas chinas.

Además, es importante que atiendas a una serie de consejos que hemos preparado para fortalecer y mejorar tu suelo pélvico.

  1. Evita retener la vejiga, pues debemos ir al baño unas 6 veces al día aproximadamente. Además, es importante que se vacíe tu vejiga sola y no fuerces o empujes con tus abdominales.
  2. Bebe 2 litros de agua al día, ya que es muy importante que tu organismo esté hidratado y tu vejiga funcione de manera continuada.
  3. Cuida tu zona íntima con productos especiales.

Fortalecer el suelo pélvico es esencial para tener una mayor calidad de vida ya que nos ayuda con las pérdidas leves, pero también porque mejora nuestra vida sexual, mejorando, e incluso previniendo, diferentes molestias y pudiendo disfrutar, a su vez, de orgasmos más intensos, tanto para nosotras como para nuestras parejas, al poder tener control de esa zona durante el sexo.

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¿Qué sabes sobre los Ejercicios de Kegel?

¿Qué sabes sobre los Ejercicios de Kegel?

Los ejercicios de Kegel son una serie de ejercicios destinados a fortalecer los músculos pélvicos a fin de prevenir alteraciones comunes como las pérdidas leves o facilitar el parto; aunque también son buenos aliados en el ámbito de las relaciones sexuales para conseguir un mayor placer sexual.

Seguro que ya habías oído hablar de esto, pero, ¿sabes en qué consisten exactamente? Te lo contamos todo en el post de hoy.

Fue en la década de 1940 cuando el doctor Arnold Kegel desarrolló estos ejercicios como método para controlar las pérdidas leves, especialmente tras el parto.

El propósito de estos ejercicios es fortalecer los músculos pélvicos y mejorar el control de esfínteres.

Lo primero, localizar bien los músculos

El suelo pélvico está formado por una serie de músculos y ligamentos que cierran la cavidad abdominal en su parte inferior y cuya función principal es sostener los órganos pélvicos en la posición adecuada.

Además, debemos localizar el core o núcleo central que hace referencia a la capa de músculos más profunda situada justo en el centro de nuestro cuerpo sirviéndonos de soporte y estabilidad a la columna y a la pelvis sin que seamos conscientes.

La comodidad, imprescindible

Una vez hemos identificado las partes de nuestro cuerpo que vamos a trabajar es primordial encontrar una postura en la que te sientas cómoda, para ello puedes ir probando tumbada boca arriba, de lado o incluso boca abajo (si te cuesta especialmente trabajar esta musculatura). Si te estás preguntando por qué no puedes hacerlo de pie, la respuesta es porque, al tumbarnos, eliminamos la gravedad sobre las vísceras pélvicas y esto hace que resulte más sencilla la contracción muscular. Cuando tengas más práctica podrás ir derivando a otras posturas como a cuatro patas o, incluso, de pie.

Lo más importante, una vez hayas elegido la postura en la que te encuentras más cómoda, es respetar ciertas pautas, es decir, tener la columna vertebral recta y elongada, la pelvis debe estar colocada de forma neutra y con la curva lumbar suavizada antes y durante las contracciones musculares.

¡No dejes de respirar!

Cuando hacemos un esfuerzo o prestamos demasiada atención a un ejercicio tendemos a olvidar que tenemos que seguir respirando mientras hacemos el ejercicio en cuestión y, por supuesto, adecuar la respiración al ejercicio.

Para trabajar la respiración junto con las contracciones puedes empezar realizando contracciones del suelo pélvico y, mientras, normalizar la respiración, esto significa, no realizar apneas (dejar de respirar) ni aumentar el ritmo de la respiración. Lo ideal es encontrar el punto en el que, con los músculos pélvicos contraídos, puedas respirar de forma normal. Esto te ayudará para que seas capaz de activar tu suelo pélvico ante aumentos de presión puntuales como los que producen las acciones de toser o estornudar.

Después de la tormenta, llega la calma

Tras realizar una contracción debes relajar los músculos lentamente, dejando que regresen a su posición inicial. También puedes realizar un par de respiraciones antes de volver a contraer y, por supuesto, hacer descansos entre series. Esto significa que debes tomar al menos 20 segundos de descanso tras una serie de contracciones, antes de pasar a la siguiente y puedes realizar alrededor de 3 series de 15 contracciones cada una, para ir empezando. Las contracciones pueden tener una duración de entre 3” y 10”.

Recuerda, lo importante no es la cantidad, sino la calidad. Al principio tendrás que prestar mucha atención para realizar una simple contracción, es normal, pero como todo, con la práctica se mejora y después de un tiempo te descubrirás a ti misma haciendo los ejercicios sin apenas ser consciente del trabajo que realizas.

¿Sabías qué…?

A pesar de que los ejercicios de Kegel se suelen asociar a las pérdidas leves, también tienen otros efectos en nuestro organismo.

Estamos hablando de las relaciones sexuales, y es que no siempre somos conscientes de que podemos trabajar para mejorar nuestra vida sexual. En este caso, un buen control y capacidad de contracción de los músculos vaginales nos facilitará tener relaciones sexuales más satisfactorias y orgasmos más intensos.

Tómate tu tiempo para realizar estos ejercicios, pruébalo cuando estés cómoda y te sientas con ganas, los resultados hablarán por si solos y seguro que te dejarán encantada.

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Los beneficios de ejercitar el suelo pélvico en el sexo

Los beneficios de ejercitar el suelo pélvico en el sexo

Siempre hablamos de lo importantísimo que es controlar nuestro suelo pélvico porque los beneficios son múltiples. El primero en el que siempre pensamos es en las mejoras que producirá en la incontinencia urinaria ya que mantener esa zona muscular a punto es una gran ayuda para controlar las perdidas. Para mejorar el fortalecimiento de esta zona existen múltiples propuestas; las más accesibles giran en torno a la realización rutinaria de ejercicios del método kegel, la gimnasia hipopresiva o el uso de otros elementos como las bolas chinas, que deben acompañarse del ejercicio pélvico.

Todos estos ejercicios son un simple medio para un fin común, mejorar nuestro suelo pélvico y, con ello, nuestra incontinencia urinaria. Pero no es el único beneficio de mantener a punto estos músculos que, por ser internos, suelen pasar desapercibidos en cualquier entrenamiento (aunque cada vez son más los gimnasios femeninos que los incorporan en sus rutinas).  Otro de los beneficios es mejorar nuestra calidad sexual. Trabajar nuestro suelo pélvico no solo nos ayuda a mejorar o prevenir diferentes molestias sino que nos permitirá también disfrutar de orgasmos más intensos y de hacer que nuestra pareja también los disfrute al poder trabajar nosotras sobre esta zona durante el sexo. (más…)