Así es. Según concluye el Estudio Poblacional de Incontinencia Carga y Coste (EPICC), impulsado por la Asociación Española de Urología, una de cada 10 mujeres trabajadoras en nuestro país sufre de Incontinencia Urinaria. Muchos de nuestros compañeros varones también, aunque en menor proporción.
Después de una buena comida, tras una mañana de intenso trabajo o simplemente, a esa hora tonta poco después del almuerzo, todas sentimos esa pequeña ñoñera, esa modorra que nos hace exclamar ¡me echaría ahora una buena siesta!
Cada 19 de octubre, miles de ciudades y rincones se tiñen de rosa para recordarnos lo importante que es cuidar de nosotras mismas y dedicarnos un poquito de atención. 1 de cada 8 mujeres padecerá a lo largo de su vida cáncer de mama; unos 22.000 casos nuevos cada año en España.
No es un día para alimentar el miedo al cáncer, todo lo contrario: a pesar de lo llamativas que resultan estas cifras, de cada 1.000 mujeres que se realizan una mamografía (aliado principal de la detección precoz), 996 no tienen cáncer. Y en el peor de los casos, más del 82% de las mujeres diagnosticadas, supera con creces esos primeros 5 años críticos para una recidiva.
Los Ejercicios Kegel, de los que tanto hablamos aquí y que tan beneficiosos resultan a la hora de mantener nuestra Incontinencia Urinaria controlada, no sólo ayudarán a mantener nuestro Suelo Pélvico tonificado y fuerte, sino que además, y en consecuencia, nos ayudarán en nuestra vida sexual.
No hablamos ahora del impacto psicológico negativo que en algunas de nosotras puede suponer el padecer Incontinencia. Es perfectamente comprensible ese temor a las relaciones íntimas al principio, cuando la Incontinencia es algo que aún no entendemos, aceptamos o controlamos. Pero ya hemos hablado de cómo, en una sana relación con tu pareja, superar estas inhibiciones con la sinceridad, el humor y, sobre todo, el tiempo.
De regreso de las vacaciones ya has revelado o volcado los centenares de fotografías que os habéis hecho. Los lugares son maravillosos, te traen tantos recuerdos… y sin embargo, hay algo en todas las fotos que te desagrada. ¿Lo admites? ¡Eres tú misma! Te odias en las fotografías, no entiendes por qué todo el mundo está estupendo y en cambio tú no eres más que una caricatura con todos tus defectos a la vista.
